viernes, 10 de abril de 2009

No es abandono es ¡la India rural!

Os he vuelto a tener abandonados pero esta vez no fui yo... fue una de esas "pequeñas" imperfecciones que tienen los lugares perfectos.

Hace cuatro días, en plena locura pues pretendemos escribir un proyecto en un tiempo record, hubo una tormenta hermosa. Los rayos iluminaban los trigales y las sobras de los árboles se convertían en gigantes durante segundos, mientras el viento componía una sinfonía con los trigales y los árboles como instrumentos (y algún tejado de hojas de palma que acabó volando). En medio de tanta belleza, hubo un subidón de tensión de esos que destruyen cualquier aparato electrónico conectado a la red... mi ordenador lo estaba. El transformación de corriente reventó y al carajo con todas mis prisas y estreses. Al día siguiente emprendí mi primera expedición en solitario a la ciudad: 20 minutos de espera del autobús en medio de la carretera, acompañada por un par de búfalos; otra media hora de pié en una autobús abarrotado de gente; parada en medio de un cruce; otro autobús abarrotado, otra media hora, un par de llamadas para encontrar la oficina y ¡uf! dos horas después llegué a la oficina de Navdanya, la sede de la Research foundation for Science, Technology and Ecology. Saludos, presentaciones, algo de desconcierto pues yo creo que no se enteraban muy bien de qué hago, pero así es este mundo ¡No hindi, no comunicación!

Les dejé el transformador para arreglar. Ready after tomorrow, me decían, lo que en tiempo indio quiere decir dos o tres días. Tres han sido. Mientras tanto decidí ir haciendo algo desde el ordenador del laboratorio de la granja... ja, ja,... 24 horas sin electricidad como guinda a la tormenta. Al día siguiente ya había electricidad, así que toda contenta ahí que me pongo a trabajar ¡cuatro veces se fue la luz durante tan solo la mañana! imposible trabajar; perdía todo lo escrito cada vez. Decidí ir a la oficina de nuevo al día siguiente a trabajar en uno de sus ordenadores... me disuadieron con promesas de que me lo traerían a las 12 de la mañana.... por supuesto lo trajeron a última hora de la tarde ¡otro día perdido! Pero contenta porque al fin llegó. Corriendo voy a probarlo y... ¡no funciona! casi mato a todos los que se me pusieron por medio durante la hora siguiente. Quitarme el cabreo me costó una hora y media de paseo a buen paso por el bosque de detrás.

Hoy, dispuesta a echar la bronca al de la tienda de reparación, ordenador y cable en mano emprendo de nuevo viaje en autobús a la oficina de Dehra Dun. Experiencia equivalente, otras dos horas carentes de espacio y de confort. En la ofi el bueno de Deepak, un grandullón que está para todo, me llevó en moto a la tienda. Lo enchufan y ¡funciona! No me morí de verguenza de pura alegría; ¡funcionaba!

Hoy, por la noche, devoro e-mails, me bajo el programa PADRE pa la declaración de la renta, mando mails urgentes, y... ¡escribo el blog!

Me han prometido una batería a la que enchufarme.

No hay comentarios: