miércoles, 14 de enero de 2009

La tierra del algodón

Vidarbha es una región al este del estado de Maharashtra, del que es capital Mumbai y en el que yo vivo. Allí lo que se cultiva tradicionalmente es el algodón y hay numerosas variedades autóctonas que, por haber surgido evolutivamente, están bien adaptadas al suelo y al clima.

Pero… hace unos años, la multinacional Monsanto introdujo las semillas de Algodón BT (BT Cotton): variante transgénica que produce una toxina insecticida procedente de la bacteria Bacillus thuringiensis y que mata algunos insectos. Monsanto publicitó sus semillas empleando las más astutas estrategias de márquetin. Entre ellas, unos videos en los que los dioses locales les pedían a los agricultores que sembraran sus semillas divinas y profetizaban cosechas celestiales. Vidarbha no necesitaba nuevas semillas, pero el gobierno, totalmente pro-industrial, facilitó dicha entrada bajo la cateta creencia de que lo industrial es siempre mejor que lo tradicional, por muchos milenios de conocimiento acumulativo que tenga.

Muchísimos agricultores, que nunca aprendieron a leer pero eran profundos devotos de sus dioses, no dudaron ni un momento en adoptar estas nuevas y proféticas semillas. Sus cosechas serían muchísimo mayores, por lo que podían permitirse solicitar un préstamo inicial para adquirir las semillas y los productos químicos asociados que devolverían inmediatamente tras vender su generosa cosecha.

El problema comenzó con la primera cosecha, que fue 10 veces inferior a lo prometido por Monsanto. Y es que las semillas alienígenas no estaban adaptadas a estas tierras ni a este clima (Monsanto no había realizado estudios previos de viabilidad). Desde aquella primera mala cosecha, la cosa ha ido de mal en peor. A lo que se suma el coste de las semillas y de todos los productos químicos que hay que adquirir con ellas -también de Monsanto- que es tan elevado que los agricultores no sólo no consiguen vivir de sus cosechas sino que han alcanzado unos niveles de endeudamiento tan altos para sus recursos que jamás podrán compensar y que siguen aumentando anualmente. (http://in.youtube.com/watch?v=6TX5pFbT1eI ). Luego vinieron nuevas plagas, para las que el algodón BT tampoco era resistente, la mayor demanda de agua por parte de los cultivos, y otros tantos problemas que fueron agravando más y más la situación.

Y los hechos, como el algodón, no engañan. En 2007 se suicidaron en Vidarbha 1.095 agricultores que cultivaban algodón BT, esto suponía uno cada 8 horas... Detrás de cada una de estas muertes, hay una agonía insoportable, un sufrimiento desamparado, una familia hundida en la miseria, en la desesperación. Detrás de cada muerte hubo una vida que ninguno de nosotros habríamos soportado. (http://in.youtube.com/watch?v=Av6dx9yNiCA&feature=related)

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