domingo, 7 de diciembre de 2008

Fin de curso

Ya en el tren, de regreso, escribo buscando algo que me ayude a procesar el “curso” que acabo de terminar. Llevo las entrañas, el corazón y la cabeza revueltas. Aún mucho por digerir pero intuyo un punto de inflexión en este proceso que inicié el 27 de agosto. Jamás había estado en presencia de personas con una mente y un corazón tan amplios; con tanta fuerza brotado de un corazón sereno; implicados y comprometidos hasta la médula con el bienestar y la felicidad de todos los seres. Miradas dulces y poderosas; ternura, inocencia y rebeldía; mentes lúcidas.

Dos semanas viviendo en una granja orgánica, gandhiana, hermosa. Lectura, charlas, trabajo en el campo, paseos, yoga, meditaciones, risas… tempo perfecto; la mente se aclara, las tensiones internas salen de su escondite; la Verdad se destapa…

Veremos…

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