martes, 16 de septiembre de 2008

Anoche

Anoche sentí un gran placer, sereno. Leía un escrito de mi amiga Capi Corrales sobre la exploración del espacio desde el arte y las ciencias; escuchaba a Noras Jones con el sonido del ventilador de techo siempre de fondo; conversé con Choiti, mi compañera de apartamento -india y actriz de teatro- sobre la música, el miedo, el teatro y las matemáticas; descubrí que no me habían robado; saboreé la ilusión de mi inminente viaje a fin de mes a Nueva Delhi y Bija Vidyapeet, la escuela de la Fundación Navdanya; imaginé futuras conversaciones con las personas excepcionales que allí se van a congregar; imaginé las montañas del pre-himalaya y el aire limpio que voy a respirar; imaginé futuros platos de comida india cocinados por mi; imaginé conversaciones con mis amigos repartidos por el mundo ¡Gracias Skype!; imaginé a mi madre aprendiendo estos días pasados a escribir SMSs sólo para poder mandármelos; recordé el paseo por la montaña que di con mis padres mi último día en Arán…

Sentí que estaba donde tenía que estar…

Se me escapó una sonrisa y noté cómo se me humedecían los ojos…

¡Gracias a la vida, que me ha dado tanto, me ha dado la risa y me ha dado el llanto...!

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